Bolivia enfrenta desafíos económicos: S&P Global Ratings baja las calificaciones crediticias
Bolivia se encuentra en medio de desafíos económicos significativos, según la reciente evaluación de S&P Global Ratings. En un comunicado emitido el 22 de noviembre de 2023, la agencia rebajó las calificaciones crediticias soberanas de Bolivia de ‘B-‘ a ‘CCC+’ con perspectiva negativa. Este cambio refleja una serie de factores, desde la disminución de las exportaciones hasta la complejidad política y los riesgos financieros. En este artículo, exploraremos los detalles de esta evaluación y cómo impacta en la economía boliviana.
Desafíos económicos:
La situación económica de Bolivia se ve afectada por varios factores, según S&P Global Ratings. La disminución de las exportaciones, las reservas internacionales limitadas, los altos déficits fiscales y la opacidad en los activos del banco central son elementos clave que han contribuido a la rebaja de calificaciones. Estos elementos están generando mayores riesgos para el servicio de la deuda del país.
Estancamiento político y sus implicaciones:
El estancamiento político y un Congreso dividido están limitando la capacidad del gobierno para maniobrar eficazmente. Esto plantea dudas sobre la capacidad de Bolivia para asegurar un acceso oportuno a la financiación externa. La agencia de calificación señala que la falta de consenso político dificulta la aprobación de leyes cruciales, incluyendo aquellas relacionadas con el endeudamiento externo, lo que se considera esencial para evitar una mayor pérdida de liquidez externa.
Perspectivas futuras:
La perspectiva negativa indicada por S&P Global Ratings destaca el riesgo de un empeoramiento adicional de la liquidez externa, lo que podría afectar la capacidad del gobierno para cumplir con sus compromisos de servicio de la deuda. Las luchas políticas, incluso dentro de la coalición gobernante, han debilitado la capacidad del gobierno para asegurar financiamiento externo, exacerbando la erosión de su perfil externo.
Escenarios posibles:
En el escenario negativo delineado por la agencia, se prevé una posible rebaja de las calificaciones en los próximos 12 meses si el estancamiento político persiste y afecta la capacidad del gobierno para estabilizar la liquidez externa. Sin embargo, existe un escenario alcista en el que medidas políticas decisivas podrían mejorar la confianza de los inversores y revertir el declive económico reciente. Esto incluiría un acceso más eficiente a la financiación externa, la corrección de déficits fiscales y una mayor transparencia en los datos económicos clave.
Perfil institucional y económico:
La división política dentro el partido gobernante, ha debilitado la capacidad del gobierno para aprobar leyes cruciales en el Congreso. La rivalidad entre figuras políticas clave ha afectado la gobernabilidad y la capacidad para asegurar el acceso a financiamiento externo.
Desaceleración del crecimiento económico:
Se espera que la economía boliviana se desacelere, con un crecimiento proyectado del 1,8% en 2023, en parte debido a exportaciones más débiles. Aunque la administración actual ha expresado su intención de abrir la economía y aprovechar el potencial energético, las tensiones políticas pueden obstaculizar estos esfuerzos.
Rigideces fiscales y financieras:
Los déficits fiscales persistentes, la caída de las exportaciones de gas y una estructura de gasto inflexible crean rigideces fiscales en Bolivia. Se proyecta que los déficits fiscales promedien el 5% del PIB en los próximos años, aumentando la deuda neta del gobierno general. La dependencia de financiamiento externo y las limitaciones en la gestión de la deuda aumentan los riesgos financieros.
La rebaja de calificaciones por parte de S&P Global Ratings pone de relieve los desafíos económicos significativos que enfrenta el país frente al mercado internacional principalmente. En este contexto, la capacidad del gobierno para implementar medidas políticas decisivas será crucial para revertir la tendencia actual y restaurar la confianza de los inversionistas externos.