El saldo comercial en Bolivia es negativo desde el año 2015 a partir de la fuerte reducción en el precio de los hidrocarburos. Tras varios años de saldos positivos que permitieron acumular Reservas Internacionales, en los últimos seis años se ha visto una pérdida importante de divisas.
Durante la pandemia, empresas, personas y el sector público han dejado de importar bienes y servicios del exterior, lo que ha permitido reducir la presión a la compra de dólares del Banco Central. Durante los once meses de 2020, se ha visto superávit en seis meses. El dato más reciente al mes de noviembre mostró un superávit de USD 99,5 millones.
De forma comparativa con el año 2019, se observa que ahora el saldo acumulado en once meses de gestión es de USD 64 millones, mientras que en 2019 el déficit fue de USD 580,4 millones. Si bien se puede esperar concluir la gestión con un balance negativo, el tamaño del déficit será sin duda menor al que se observó en años anteriores.
De cara a 2021, el gobierno enfrentará la dura misión de buscar importar lo menos posible debido a la poca cantidad de reservas internacionales que tiene el Banco Central. Es por este motivo que durante los primeros días del mes de diciembre se conoció la aprobación de un fideicomiso para incentivar la producción local dirigida a sustituir importaciones. Si bien el importe inicial de Bs. 900 millones es reducido, se espera que éste pueda ser ampliado en la medida que se vayan logrando objetivos. Será difícil sustituir las Importaciones en especial por la fuerte devaluación del peso argentino y el real brasilero que hacen atractivo el ingreso de mercadería de estos países.