Inflación en Bolivia: Educación y Salud en la mira

Existen varias formas de analizar la tasa de inflación, como ser: la tasa mensual, la acumulada del año y la de doce meses. La tasa de 12 meses muestra cuál ha sido la variación de precios en la economía en un periodo anual.

De esta forma, el dato del mes de enero de 2021 asciende a 1,17%, mostrando una recuperación que es significativa en comparación a los datos de noviembre y diciembre de 2020. A finales del año 2020, la tasa de inflación llegó a ser incluso negativa en el mes de noviembre, con un valor de -1,10%.

La inflación se compone de doce capítulos, separados por el tipo de bien o servicio que consume un hogar promedio. Entre los más representativos se suelen encontrar los capítulos de inflación, educación, salud, vivienda, entre otros.

Entre los servicios y productos que mayor incremento han sufrido en los últimos doce meses se encuentra la Salud, donde se incluyen productos farmacéuticos, equipos y servicios de atención en centros médicos. Tras haberse situado en niveles de inflación promedio de 2% antes de la pandemia, se observa un incremento significativo a partir del mes de mayo de 2020 y llegando a su punto más alto en agosto de 2020. Desde entonces, los precios han dejado de subir, aunque tampoco se ha visto una reducción. Por la segunda ola del covid-19 que se muestra más agresiva que la primera, podríamos esperar que los precios no disminuyan al menos hasta el segundo semestre de 2021.

En enero de 2021, el factor que sorprendió en la canasta de bienes y servicios que mide la inflación ha sido el de educación. Se observa un salto de 8,08% que estaría explicado por un incremento de la pensión escolar en los institutos que el INE monitorea continuamente. Posiblemente, este salto en las pensiones se explique por un anticipo de lagunas unidades educativas a que el gobierno decretará reducción de pensiones ante el entorno de pandemia y la vigencia de la educación a distancia.

El salto de precios en educación y salud es una mala noticia para las familias que deben asignar un presupuesto más alto a estos dos capítulos, en un entorno en que el ingreso promedio de los hogares pudo haber disminuido por el incremento del desempleo y una menor actividad económica en prácticamente todos los sectores de la economía.