Como ya sabes, ir a trabajar cada mañana y recibir un sueldo a fin de mes no es la única manera de generar dinero e incrementar tu patrimonio. Tú puedes ser el dueño de un negocio sin necesidad, ni siquiera, de ir a trabajar. Esto puede parecer un sueño; sin embargo, esta opción está más cerca de lo que imaginas.
Es difícil para algunas personas pasar de ser empleados a ser dueños de su propio negocio; el solo pensarlo genera miedo, duda e indecisión. Pero sabías que ser dueño de tu negocio es sólo cuestión de aprovechar las oportunidades que se presentan.
Invertir en la Bolsa de Valores es una oportunidad de negocio y puede ser una situación de ganancia para ambos lados de la ecuación.
Hay que estar decidido y mantener el firme deseo de tomar las riendas de tus decisiones financieras; es importante que comprendas que la inversión en bolsa ofrece mayores rendimientos siempre y cuando aprendas a manejar el riesgo.
Pierde el miedo a invertir, conviértete en el dueño de tu propio negocio y envía tu dinero a trabajar»
El futuro económico de una persona está determinado por:
Los 3 factores son fundamentales, pero la mayoría de la gente se centra únicamente en el dinero que gana, algunos llegan al segundo paso (ahorrar) y, solamente, unos pocos se toman en serio el tercer paso (invertir).
Los 3 pasos son muy importantes para el futuro económico, pero si hubiera que nombrar a uno de ellos como el menos importante a la hora de acumular un patrimonio, sería el primero; el dinero que se gana.
Si se gana mucho dinero pero se gasta todo no se puede crear un patrimonio. Sin embargo es posible ganar poco, ahorrar mucho, invertir bien y obtener un muy buen resultado. El tiempo también es muy importante; acumular un buen patrimonio con unos ingresos bajos en poco tiempo es extremadamente difícil. Pero, en plazos largos, el tiempo y la disciplina hacen que prácticamente cualquiera pueda elevar de forma significativa su nivel de vida.
Existe multitud de estrategias de inversión y ninguna de ellas es la ideal para todo el mundo. Cada una tiene sus ventajas y sus desventajas, sus riesgos y sus objetivos de rentabilidad.
En primer lugar hay que distinguir entre estilos de inversión y estrategias de inversión. El estilo de inversión lo podríamos asociar al tipo de auto y la estrategia de inversión al modelo concreto de auto.
Cuando alguien quiere comprar un auto primero debe decidir si comprar una camioneta, una vagoneta, un cuatro puertas, etc. Esto sería el equivalente a elegir el estilo de inversión.
Si decide que lo que quiere es una vagoneta, entonces el siguiente paso es decidirse por un Toyota, Nissan, Susuki, etc.
Esto sería el equivalente a la estrategia de inversión.
Y, al igual que sucede con los autos, es bueno que cada inversor personalice y ajuste la estrategia elegida a sus necesidades y objetivos de la misma manera que se elige un motor concreto, determinados colores, accesorios, extras, etc.
Que todos pueden ser inversionistas de éxito es cierto, pero también es verdad que invertir no es un juego de azar; de hecho no se trata de perder o ganar ni de ser más competitivo, tampoco aplica la regla que dice: “Quién tiene la razón gana y quién no, pierde”. Se trata de poner a trabajar el dinero para multiplicarlo, por tanto se deben cumplir tres requisitos: conocimientos, estrategia y disciplina.
Es decir, se convierte en dueño si invirtió en acciones y recibirá beneficios por ello, siempre y cuando la empresa genere excedentes; o se convierte en acreedor de una parte y recibirá rendimientos por el dinero prestado o invertido.
Existen básicamente dos categorías de títulos valores en las que puedes invertir tu dinero:
Una combinación estratégica entre valores de renta fija y renta variable, de acuerdo a tu perfil de inversionista, tus necesidades y tus objetivos harán que tu portafolio de inversiones sea el óptimo y genere ganancias importantes en un futuro; recuerda que a mayor diversificación, mayores expectativas de rentabilidad y menor riesgo.
El error más común al invertir es hacerlo a ciegas, sin conocer las características del mercado en el que se está incursionando. Esto provoca malas experiencias, porque los sentimientos hacen que las personas actúen impulsivamente sin seguir una estrategia clara hacia el logro de sus objetivos.
Invertir es cuestión de paciencia y de disciplina, de quedarse o salirse en el mercado siempre por una buena razón, como parte de una estrategia a largo plazo.
Esto implica estar en las buenas y en las malas, pero saber aprovechar las oportunidades que la volatilidad nos presenta, cuidando, por supuesto, nuestra liquidez»
Esta es la primera lección que cualquier inversionista debe aprender.
En el Mercado de Valores se transfieren los recursos de agentes económicos que tienen excesos de recursos (inversionistas), hacia empresas o instituciones que tienen necesidades de recursos (emisores).
Esta canalización de recursos de los inversionistas hacia las empresas se realiza a través de la compra por parte de los inversionistas de los valores emitidos por las empresas. De esta manera, los inversionistas aportan con sus ahorros para que las empresas crezcan, a cambio de una rentabilidad; así, los inversionistas participan del crecimiento de la economía.
Los inversionistas mantienen una relación directa con las empresas (a través de las Agencias de Bolsa – intermediación directa) y de esta manera ambos pactan las condiciones de la transacción de manera que se favorezcan mutuamente. El principal beneficio de esta relación para el inversionista se traduce en una rentabilidad generalmente mayor a la que podría encontrar en el sistema financiero tradicional (intermediación indirecta).
Todas las transacciones son realizadas en un mercado bursátil organizado a través de la Bolsa Boliviana de Valores S.A. y regulado por ASFI.
La Bolsa de Valores es una plataforma transaccional para la compra y venta de valores; ofrece un marco institucional que se expresa a través de un mercado centralizado, regulado, formal y transparente, al cual acuden solamente Agencias de Bolsa.
Este marco institucional además permite realizar la inversión, pero también desprenderse de ella y recuperar el dinero en efectivo, a través de la venta en la misma bolsa de los valores adquiridos.
La Autoridad de Supervisión del Sistema Financiero (ASFI), es una institución del estado, encargada de supervisar y regular el funcionamiento de las entidades bancarias, cooperativas, mutuales y entidades que operan con valores, que conforman el Sistema Financiero Boliviano.
Las Agencias de Bolsa son intermediarios autorizados en el mercado de valores, cuyo rol es unir a inversionistas y empresas u otros agentes económicos deficitarios de recursos.
Cualquier persona, natural o jurídica, que desee comprar o vender valores registrados en la Bolsa debe acudir, como primer paso, a una agencia de bolsa»
Ahí se pondrá en contacto con un asesor que le informará sobre las alternativas de inversión, en función de los requerimientos de rentabilidad, liquidez; o sobre las condiciones del mercado y la mejor oportunidad para negociar los valores.
Una vez explicadas todas las condiciones y características de las operaciones en bolsa, tú, como inversionista, tomarás una decisión.
En caso de definir comprar o vender, firmarás un contrato con la agencia de bolsa. Luego de esto, darás una orden de compra o de venta – según la operación que desees realizar – y el agente de bolsa ejecutará la orden en la bolsa a través de sus mecanismos de negociación.
Las transacciones en bolsa se llevan a cabo en una sesión llamada “ruedo”, existiendo horarios diferenciados para operaciones con valores de renta variable y operaciones con valores de renta fija.
En esta sesión se reúnen los operadores de las agencias de bolsa para realizar sus transacciones. Allí se expresan en voz alta y/o de manera electrónica, las ofertas y demandas de valores que cada operador tiene en nombre de sus clientes. Los operadores buscarán cumplir con la orden en las condiciones solicitadas por el cliente.
Para que la orden se ejecute correctamente, otro operador (representante de otra agencia) deberá haber respondido en representación de su cliente y habrán acordado concretar la transacción, formalizada a través de los mecanismos que así lo acrediten.
Al finalizar la sesión de ruedo se inicia el proceso de compensación y liquidación de las operaciones concretadas. La compensación consiste en la determinación de las obligaciones de entrega de recursos o valores por parte de cada agencia de bolsa.
En ambos casos, la agencia cobrará al cliente una comisión sobre el total de la operación, la que habrá sido acordada previamente.
*Benchmark es la referencia que usamos para comparar alternativas (objetivo).